dimanche 13 mai 2007

Muhammad el último Mensajero -III-

En la batalla de Bader, cuando revisaba las filas del ejército antes del combate, sostenía una vara en su mano (bastón) y vio a Sawad Ben Ghezih fuera de la fila. Entonces, con el bastón le empujó golpeándole en el vientre, y le dijo:

" Ponte en la fila Sawad"

Este le dijo: "Oh Apóstol de Dios. Me has hecho un daño y Dios te envió con la verdad y la justicia "

Imaginen esta escena, el jefe del ejército al que se enfrenta un soldado raso con esas palabras. Cómo creen que va a actuar con él? Le disciplina? Se desentiende de él? Brota la tolerancia de su pecho y la nobleza de su carácter y le perdona y absuelve ? o se excede a la norma y le dice?

" Perdóname, me disculpo"

Pero, el Apóstol de Al-lah hizo que nadie haría ni se le ocurría. Le franqueó su vientre, le dio la vara y le dijo:

"Haz igual". Es decir, hazme daño como yo te hice.

Se hizo igual al otro, siendo el más señorial de los humanos.

[size=18]!Así era Muhammad! [/size]



Toda su biografía es un milagro. Todos los grandes del mundo son incapaces de presentar otra igual. En cada aspecto de ella hay gloria y grandeza; en la fuerza de su cuerpo, su constitución atlética y su espíritu abierto; no era prepotente hasta el exceso en la victoria, ni le estremecía la derrota hasta los héroes de sus compañeros se protegían en él; ante su valentía humillaban los hombres más heroicos, su humildad era para el indigente, el pobre y para auxiliar a la viuda y a la anciana.



Era tal su firmeza en la verdad y en la sinceridad de la revelación de Al-lah que anunció, incluso, aquellas aleyas que revelaban sus equivocaciones y eran reproche. Así era también, en cuanto a respetar los compromisos y a mantener su palabra, por más esfuerzos y dificultades que costara, tanto en sus tratos personales como en los asuntos públicos.



Por su gusto y su fina sensibilidad fue quien promulgó las normas de la comida y dictó las bases de la limpieza. En cuanto a la relación con sus compañeros, les enseñaba, trabajaba con ellos y vivía como ellos; les pedía consejo y les escuchaba; se sentaba donde encontraba un sitio vacío, en el último lugar de la reunión. Tan era así, que quien venía a verle miraba las caras de los presentes y preguntaba: Quién de vosotros es Muhammad?


Era así porque Muhammad no se distinguía de ellos en su manera de sentarse ni en sus vestidos; era igual que ellos en todo. Era educado en sus modales, delicado en sus maneras y recatado con las mujeres. Por su conducta en su casa, con su familia, por sus bromas inocentes y su carácter abierto, era querido en todos los corazones, y también por su humildad rechazando ser un rey.



Prohibió a sus compañeros levantarse para él; cumplía con las necesidades de su familia, remendaba sus zapatos con sus propias manos. Vivió en la pobreza, despreocupado de la opulencia, no por incapacidad, pues si hubiera querido su palacio habría sido más fastuoso que el de Cosroes o César. Pero, optó por la otra vida. Tan era así que las casas de todas sus esposas (Son las casas de sus nueve esposas. En ella está la alcoba noble donde fue enterrado) no llegaba su longitud a los veinticinco metros.



La casa de Aisha (Esposa del Profeta, Madre de los creyentes, es hija de Abou Baker, el primer gobernador de la nación Islámica después de la muerte del Profeta) era una habitación construido de barro y adobe. Tan reducida era que no alcanzaba para dormir y rezar a la vez. Así, cuando el Profeta se prosternaba, ella tenía que desplazar un poco la pierna de ella de su sitio para poder hacerlo.



En cuanto a su comida, relató Aisha que pasaban uno y dos meses y no se encendía en su casa el fuego para hacer pan. Entonces le preguntaron:

" Qué comes pues? "

Ella les dijo:

" Dátiles y agua. Esa es la comida de la familia del Apóstol de Dios. "

En su retórica y elocuencia era más profundo que quién precisa la retórica.

Esto es un milagro y la prueba de que Al-lah le seleccionó para llevar el mensaje más sublime y no lo convirtió en el selló de los profetas hasta que le preparó para ello, de tal manera que le convirtió en uno de los hijos de Adán con un carácter sin par, la paz y las bendiciones de A-lah sean con él.

Al-lah sabe sobre quien pone su mensaje.


Fuente :Grupo la mujer en el Islam

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